Tienes las cosas muy claras, mucho más de lo que te piensas. Aunque no sepas expresarlo, tu cuerpo ya lo hace por ti. Es algo que hace click en tu cabeza, un instinto, una mezcla indescifrable de pequeños detalles, todos juntos formando un lenguaje secreto que te invitan a decir que es a ese al que quieres follarte. Por eso esperas paciente a cada chico que pasa por tu lado de camino a las cabinas. A uno le rechazas por algún detalle que no termina de convencerte en su cara, de otro no termina de convencerte su mirada, entonces llega el que consigue acelerarte el pulso, el que te roza al pasar por tu lado y al sentir su cuerpo pegado y su aroma, mezclado con las sensaciones que te produce mirarlo, hace que te vuelvas loco por sus huesos.
Y este extraño lenguaje es tan puñetero, que a veces habla a quien no debe y otras más de la cuenta, y resulta que ese en el que te fijas ya se ha fijado antes en otro y comienza así el juego de la seducción que provoca amores, desamores, celos y, si se trata de sexo, una buena orgía.
La cadena de los flechazos se va sucediendo en la sala del Boyberry, donde después de mirar un buen rato con la picha en la mano, Hector de Silva se decide a atravesar el dintel de la puerta para unirse al juego de Paddy O’Brian y Johan Kane. Se fijó más en uno que en otro, pero el otro estaba antes. Dato Foland intenta decidirse entre dos y en el intento acaba formando parte de un trenecito llevando las riendas de una máquina que Paddy se dedica a impulsar desde atrás, Hector en el vagón de enmedio y Johan proporcionando el combustible a una boca hambrienta de rabo.
Entre el sudor, los gemidos, pollones y culazos abiertos, descargan su lefa apoyándose en el sentido de la vista, en esos pequeños detalles. Una mirada intensa que se mete en tu interior hasta tocarte los mismísimos huevos, un torso fuerte y viril en tensión, un culazo grande y redondito, unas manos fuertes y calientes rozando cualquier rincón de tu cuerpo. Son esas las cosas que te ponen, las que hablan a tu cuerpo sin mediar palabra, las cosas que te hacen mirar.